Ken Blanchard
Ken Blanchard, Ph.D., es presidente de Blanchard Training and Development, una empresa internacional de capacitación. Ken es autor o co-autor de 12 libros, incluída la serie El Gerente de un minuto. Suele ser un conferencista invitado en la Universidad de Cornell, donde se desempeña como miembro honorario del consejo de administración. Es tambien miembro del Consejo de Asesores del Instituto Hoffman de los Estados Unidos. Reportaje realizado por Raz Ingrasci.
Raz: Cada vez más, la gente habla sobre los valores espirituales en los negocios. ¿Qué está pasando?
Ken: Es la primera vez en la historia de los negocios en la que podés ser excelente en lo que hacés hoy, y mañana quebrar. Mi sensación es que la gente se interesa por lo espiritual cuando sienten que las cosas están más allá de su control. Es increíble cómo empiezan a pensar en la espiritualidad cuando se enferman, o cuando tienen algún problema importante, y terminan dándose cuenta de que no lo pueden resolver todo por ellos mismos.
Raz: También existe la percepción de que cuando uno actúa en armonía con un poder superior, es más probable que la acción sea exitosa y satisfactoria. Por lo tanto, las personas están buscando equilibrio y fluidez, y también éxito.
Ken: Así es. En el prólogo de Medio Tiempo, de Bob Juppert, Peter Drucker dice que hace 50 o 60 años no había muchas oportunidades de éxito. Podías ser dueño de una fábrica o una granja, o trabajar en una fábrica o una granja. Lo natural era retirarse porque la gente se retiraba de un trabajo que en primer lugar no le gustaba. Hoy, hay muchas más oportunidades de éxito gracias a la tecnología y a los cambios del mundo. Drucker dijo que hoy, las personas que han sido exitosas, de repente, a los 40, intentan decidir qué más hay en la vida, qué más ofrece la vida. Algunos no lo ven, y piensan que les conviene seguir acumulando símbolos del éxito, y otros empiezan a buscar en su interior una espiritualidad que dice que tiene que haber algo más que el éxito material. Juppert dice que las personas empiezan a cambiar su búsqueda: de éxito a sentido. La idea de Medio Tiempo es que estamos en el vestidor preguntándonos “¿Qué voy a hacer en la segunda mitad de mi vida?”. En el apéndice de ¿De qué color es tu paracaídas?, Dick Bowles tiene una sección maravillosa donde dice que no podés hablar sobre tu “llamado” sin hablar de “el que te llama”. Este es otro motivo por el que la gente se interesa en la espiritualidad.
Ken: Así es. En el prólogo de Medio Tiempo, de Bob Juppert, Peter Drucker dice que hace 50 o 60 años no había muchas oportunidades de éxito. Podías ser dueño de una fábrica o una granja, o trabajar en una fábrica o una granja. Lo natural era retirarse porque la gente se retiraba de un trabajo que en primer lugar no le gustaba. Hoy, hay muchas más oportunidades de éxito gracias a la tecnología y a los cambios del mundo. Drucker dijo que hoy, las personas que han sido exitosas, de repente, a los 40, intentan decidir qué más hay en la vida, qué más ofrece la vida. Algunos no lo ven, y piensan que les conviene seguir acumulando símbolos del éxito, y otros empiezan a buscar en su interior una espiritualidad que dice que tiene que haber algo más que el éxito material. Juppert dice que las personas empiezan a cambiar su búsqueda: de éxito a sentido. La idea de Medio Tiempo es que estamos en el vestidor preguntándonos “¿Qué voy a hacer en la segunda mitad de mi vida?”. En el apéndice de ¿De qué color es tu paracaídas?, Dick Bowles tiene una sección maravillosa donde dice que no podés hablar sobre tu “llamado” sin hablar de “el que te llama”. Este es otro motivo por el que la gente se interesa en la espiritualidad.
Raz: ¿Qué pueden hacer las personas para incorporar valores espirituales en su vida laboral y profesional?
Ken: Necesitan pasar más tiempo solos, tranquilos. He estado intentando ayudar a las personas a empezar su día más lentamente. La gente exitosa a menudo se pregunta qué mas ofrece la vida. Pasan de buscar el éxito a buscar el sentido. El mundo está tan ocupado y nuestras mentes están tan ocupadas. Norman Vincent Peale en El poder del gerenciamiento ético dice que tenemos dos yo: un yo orientado a las tareas, que está acostumbrado a concretar las cosas, y un yo interno que refleja nuestra naturaleza espiritual. Se tarda más en despertar a nuestro yo interno reflexivo que a unestro yo externo, orientado a las tareas. La alarma suena a la mañana y la gente salta de la cama, tratando de comer mientras se lavan la cara, probablemente con un teléfono celular apoyado cerca. Así pasa todo el día. A la noche, se acuestan exhaustos, tal vez sin siquiera decirle “buenas noches” a quien tienen a su lado. Al día siguiente, es la misma rutina, y así se sucede uno y otro día. A mí me ayuda despertarme una hora antes de empezar con mis obligaciones y así comenzar mi día más lentamente. Me gusta leer algún libro espiritual y salir a caminar. Dicho de otra forma, empiezo el día alimentando a mi Ser Espiritual interno, y desde ahí comienzo mi día. Me encontré con un fascinante hombre de negocios que, si tenía un problema en su compañía, reunía a todos los empleados y recopilaba toda la información sobre el problema. Luego les decía: “bueno, tenemos toda la información, y ahora vamos a pasar a la solución, pero antes, me gustaría que todos se queden en silencio durante 10 minutos”. No les decía que rezaran o que meditaran, simplemente que buscaran la solución en su interior. Aunque algunos se sentían incómodos, este hombre se maravillaba con la claridad de pensamiento que se daba luego de ese período de silencio. Todo el mundo debería tener un cartel en su escritorio que diga “Por un rato no hagas nada, simplemente quédate sentado ahí”. Esta importante herramienta no está legitimizada en las organizaciones.
Raz: Entonces, las personas incorporan valores espirituales en sus negocios luego de incorporar la espiritualidad en su vida cotidiana, y prestándose atención como seres espirituales. ¿De qué manera es útil el Proceso Hoffman en este sentido?
Ken: El Proceso Hoffman realmente hace aparecer el liderazgo espiritual en la persona. Desde que hice el Proceso, mi título en la compañía ha cambiado a “Gerente Espiritual”. Ahora estoy trabajando en el desarrollo de un Centro para Gerentes Espirituales. Quiero trabajar con personas que hayan sido exitosas en sus organizaciones, y que ahora quieran pasar a otro nivel, y realmente darle a su parte espiritual una oportunidad de florecer en el modo de manejar sus organizaciones. Estoy convencido de que el liderazgo efectivo tiene que ver más con el carácter que con la metodología y las habilidades. Allá por los ´60, Bob Greenfield dijo que hay dos tipos de líderes: los fuertes líderes naturales y los fuertes servidores naturales. Según él, el objetivo de un fuerte líder natural es controlar y dirigir. Y el objetivo de un fuerte servidor natural es servir. El líder servidor es abierto a las opiniones y comentarios de los demás porque su objetivo no es tener el poder, su objetivo es servir. Cuando veo personas con problemas en sus organizaciones a causa de necesidades de control, por lo general tienen temas no resueltos de su pasado de los que realmente necesitan ocuparse. El Proceso Hoffman permite resolver muchos de estos temas, que son los que han estado usando para sostener y dar firmeza a su carácter, tales como creencias improductivas sobre sí mismos y sobre los demás, y la necesidad de ser controlador.
Raz: El el Proceso, las personas se liberan de sus identidades falsas para revelar un servidor interno verdadero, amoroso y noble, al que llamamos el Ser Espiritual. La integración de nuestro espíritu con nuestras emociones, intelecto y cuerpo, resulta en una nueva manera de ser y de actuar en el mundo. Las acciones facultadas por la espiritualidad son más elegantes, precisas y poderosas.
Ken: Sí, creo que es realmente así. La esencia es dejar al espíritu conectarse con el corazón, así te volvés una nueva persona de adentro hacia fuera. Cuando esto sucede, hacés las cosas de otra manera, porque te has vuelto alguien que realmente no puede tolerar hacer algo distinto de lo que dice tu yo interno. Lo que ustedes enseñan en el Proceos es de hecho tan poderoso: llegar a una tregua entre el Intelecto y el niño emocional, y luego acordar que el Ser Espiritual estará en un poderoso rol de liderazgo.
Raz: ¿Qué impacto ha tenido el Proceso en tu vida laboral?
Ken: Hizo que mi espiritualidad reviviera. Yo tenía muchos hermosos pensamientos espirituales; pero todavía tenía conductas que interferían en mi camino. Gracias al Proceso Hoffman, incorporé realmente mi fe en mis acciones cotidianas. Me brindó una manera de tener mi espiritualidad en el centro de mi vida, en vez de que sea algo a lo que recurrir cuando tengo un problema y ya es demasiado tarde. Eso es lo que el Proceso le da a las personas.
Raz: ¿Qué importancia te parece que pueden tener las donaciones, el servicio, o la caridad en la vida laboral de una persona?
Ken: Creo que todo es importante, es una cuestión de energía. Si lo único que hacés es tomar energía, agotás la energía. Las donaciones, las devoluciones, la gratitud, son acciones que envían energía y hacen que vuelva más a nosotros. John Templeton le dice a la gente que lo mejor que podés hacer con el dinero es donar el 10% de tus ganancias. El año pasado fue un año muy exitoso para mi negocio, así que mi mujer y yo donamos el 10% de nuestras ganancias y lo distribuimos entre los empleados de la empresa, desde el de mayor salario hasta el de menor salario, y cada uno de ellos donó un porcentaje de eso. El único requisito era que el dinero tenía que ser donado a una organización sin fines de lucro. Uno de nuestros empleados de menor sueldo nos vino a ver con lágrimas en los ojos, diciéndonos que había donado u$s 1000 a su parroquia católica. Otros lo donaron a hospicios, etc. Sentimos que al facultar a otros a dar, estamos expandiendo esta energía de manera mucho más significativa que si solamente lo hiciéramos nosotros. Creo absolutamente en el poder de las donaciones y de las devoluciones. Mi experiencia personal sobre todas las bendiciones que tengo en mi vida es que cuanto más doy, más recibo. Así funciona la vida, y así funciona la energía.